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piedras

Pachuca y la ciudad de México distan apenas 100 kilómetros de una autopista que por momentos parece camino vecinal. Este trayecto es recorrido por tantos, que cada 15 minutos, de 5 de la mañana a 11 de la noche, la compañia ADO, pone a disposición un camión de 42 asientos. El servicio es anunciado "de primera". Esto significa que los camiones son mercedes de cuando mucho 5 años de antigüedad. Hay disponibilidad de escoger asientos y se supone una limpieza de los autobuses, digna de "ejecutivos". El costo, por esos 100 kilómetros en servicio de primera, cuestan algo así como 46 pesos mexicanos; 4 dólares estadounidenses aproximadamente o si se prefiere 3.50 euros. Su principal competidor es el grupo EStrella Blanca. Cobran 40 pesos mexicanos. Está clasificado como servicio de "primera económica".

Todo esto no sería sino un mal compendio de economía de transportes si no fuera por un detalle que empieza a ser inquietante: desde hace unas semanas, al pasar por un trayecto de carretera que atraviesa una zona marginada (de las que abundan en este país), en las noches, los autobuses de ADO, son lapidados con una saña inaudita. Muchos dicen que es un boicot. Pero la verdad es que el resentimiento social que hay en el país, es un factor determinante en este suceso.

Me recuerda aquella película "Cuando el destino nos alcance"... me inquieta y me preocupa. Hay que recordar que esta ciudad, tiene un cinturón de miseria que crece cada instante (y esto no es un eufemismo) y nuestros gobiernos, no hacen absolutamente nada.

En tanto decido no viajar más en ADO, les mando un saludo.

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